"Un dinosaurio que vive en nuestra mente"
“Mirá a quien engañaste Barney!”. Y cómo me habría gustado repetir en su cara lo que la pendeja poseída de youtube chillaba como endemoniada.
Hace un par de días. En esos encuentros furtivos que suelo tener con el centro de Santiago, llegué a la calle Rosas con Puente, si exactamente (me acuerdo por la propaganda del Mall del Centro que hace años repetía la dirección como pájaro loco). Y cual fue mi impresión y estremecimiento al ver al propio Barney fumándose un Belmont con chelita en mano.
Pero qué es esto?! Y eso quizás no fue lo peor, una microscópica de no mas de unos 4 años trataba de expresar su asombro: “Mamá mira a Barney!...Hija, no es Barney…Mamá es él y está fumando!...Cami no es él…Mamá quiero preguntarle algo…Cami vamos…Mamiiiii…”. Y se me pasaron 4567 imágenes de liliputienses que mas de alguna vez en la vida oí expresando nada más que palabras de admiración para el –hasta la fecha- sano y singular reptil extinguido. Es que sus canciones simpaticonas con mensajes conciliadores, propositivos y buena onda al mas estilo político pre elecciones, no dejaron indiferente a ningún niño en edad de beneficiarse de sólo buenos consejos.
Traté a partir de insuficientes auto mensajes justificar su acción, “Después de todo errar es humano…humano…” no tampoco, “Nadie es perfecto”, quizás, “Tomémoslo por el lado amable”, ok.
Pero a que voy con esta irrisoria, burlesca, peripatética o bien el calificativo que mas se acomode a esta preocupación. Es que cuanto crío iluso pudo haber presenciado la imagen que yo vi, y cuanto sueño roto ante la demostración de imperfección del purpúreo animado. Barney es una imagen quijotesca de súper héroe infantil. El mensaje de este escenario termina siendo uno de dos, según los valores del pendejo: “Hay que fumar porque Barney lo hace, y si lo hace es bueno” o bien “Embustero (de toos modos nunca diría embustero, eso es como de niño que ve mucho cable), igual a todos incluyendo a mi papá y mi mamá...” (Con la futura crisis existencial añadida).
Me preocupa el hecho de que sin más se rompan las ilusiones de diminutos que viven en otro mundo. Me carga que por culpa de irresponsables que juegan a lucrar con la imagen de un invento, apresuren la inmanente realidad en ojos que aun no lo merecen. Y que la fantasía cada día esté más limitada a la frialdad de la baja responsabilidad del ser “súper” humano.
(Aun así, en este momento me abstengo de la posible discusión que mas de alguien podría levantar ¿Y quien dice que es malo fumar? ¿Beber alcohol? (y con estas mismas palabras seguramente) Ah?...la verdad es que a ese tipo de disputas no quiero entrar, me suena a postura posmo, y eso si que no tiene fin, libertad de libertades, sociedad polimorfa, posibilidades infinitas y bla bla bla. Me reduzco y me elimino por el momento de esas broncas. )
Sólo pido respeto a las fantasías.-
(Aunque digan que el susodicho es el hijo gay de Godzila)
Hace un par de días. En esos encuentros furtivos que suelo tener con el centro de Santiago, llegué a la calle Rosas con Puente, si exactamente (me acuerdo por la propaganda del Mall del Centro que hace años repetía la dirección como pájaro loco). Y cual fue mi impresión y estremecimiento al ver al propio Barney fumándose un Belmont con chelita en mano.
Pero qué es esto?! Y eso quizás no fue lo peor, una microscópica de no mas de unos 4 años trataba de expresar su asombro: “Mamá mira a Barney!...Hija, no es Barney…Mamá es él y está fumando!...Cami no es él…Mamá quiero preguntarle algo…Cami vamos…Mamiiiii…”. Y se me pasaron 4567 imágenes de liliputienses que mas de alguna vez en la vida oí expresando nada más que palabras de admiración para el –hasta la fecha- sano y singular reptil extinguido. Es que sus canciones simpaticonas con mensajes conciliadores, propositivos y buena onda al mas estilo político pre elecciones, no dejaron indiferente a ningún niño en edad de beneficiarse de sólo buenos consejos.
Traté a partir de insuficientes auto mensajes justificar su acción, “Después de todo errar es humano…humano…” no tampoco, “Nadie es perfecto”, quizás, “Tomémoslo por el lado amable”, ok.
Pero a que voy con esta irrisoria, burlesca, peripatética o bien el calificativo que mas se acomode a esta preocupación. Es que cuanto crío iluso pudo haber presenciado la imagen que yo vi, y cuanto sueño roto ante la demostración de imperfección del purpúreo animado. Barney es una imagen quijotesca de súper héroe infantil. El mensaje de este escenario termina siendo uno de dos, según los valores del pendejo: “Hay que fumar porque Barney lo hace, y si lo hace es bueno” o bien “Embustero (de toos modos nunca diría embustero, eso es como de niño que ve mucho cable), igual a todos incluyendo a mi papá y mi mamá...” (Con la futura crisis existencial añadida).
Me preocupa el hecho de que sin más se rompan las ilusiones de diminutos que viven en otro mundo. Me carga que por culpa de irresponsables que juegan a lucrar con la imagen de un invento, apresuren la inmanente realidad en ojos que aun no lo merecen. Y que la fantasía cada día esté más limitada a la frialdad de la baja responsabilidad del ser “súper” humano.
(Aun así, en este momento me abstengo de la posible discusión que mas de alguien podría levantar ¿Y quien dice que es malo fumar? ¿Beber alcohol? (y con estas mismas palabras seguramente) Ah?...la verdad es que a ese tipo de disputas no quiero entrar, me suena a postura posmo, y eso si que no tiene fin, libertad de libertades, sociedad polimorfa, posibilidades infinitas y bla bla bla. Me reduzco y me elimino por el momento de esas broncas. )
Sólo pido respeto a las fantasías.-
(Aunque digan que el susodicho es el hijo gay de Godzila)