Marry Our Daughter: una buena alternativa en tiempos de crisis

“Marry Our Daughter is an introduction service assisting those following the
Biblical tradition of arranging marriages for their daughters.”

Chiquillos desesperados y con plata, les tengo la tremenda oferta: papás con alma de siglos pretéritos entregan a sus púberes hijas a precios asequibles.
La verdad es que quizás no me crean, a mi aún me cuesta un poco, pero mejor les cuento.
Primero aclaremos, no se trata de una notaría trucha, ni de una tribu en Sudáfrica, sino un sitio web, totalmente ad-hoc a la globalización y modernización de nuestro mundo, pero con una idea de fondo que podría situarse incluso en tiempos bíblicos.

Digo imagínense a cualquiera de los hijos de Jacob buscando esposa vía Internet y tenemos el escenario listo: señoritas esperando por un marido adinerado que esté dispuesto a pagar varios miles de dólares, con el fin de contraer el sagrado matrimonio. Diablos.

Lo más turbador del tema es que se evidencia que quienes buscan consorte ni siquiera son las propias chiquillas, sino sus familias, pues las notables “disposiciones de uso” están claramente dirigidas a los padres.

Me imagino que hasta aquí resulta quizás desconcertante. Pero lejos el toque nonsensical -que logra el súmmum del viaje (a estas horas un éxodo respecto a la realidad)- es cuando nos vamos al apartado “Testimonials”.

"At first we were worried that Janine was too young to get married, but then
her new husband bought her a house and a car and jewelry and the money we got
let us buy a house for ourselves. Getting out of the trailer park at our age was
the best thing that ever happened to us, and it’s all thanks to Marry Our
Daughter!"—Mr. Jack M.

WTF!...nunca había usado estas 3 letras, pero estos gringos me trasladan.

“Our 15 year old daughter Mary wasn’t very popular and did nothing but mope around the house bringing everybody down, so we decided to marry her
off through your site. Now our house is a lot cheerier and we love our new
swimming pool and Jaccuzi! We’ve told our youngest that when she turns 15 we’re
going to marry her off too!"—Mrs. James P

Como me manejo súper con el inglés, les traduzco. Ellos dicen que lo material no importa. Por supuesto. Claramente en los discursos se denota una placidez inmensa por la felicidad de sus hijas, quienes se han manifestado con decisiones propias y consecuentes.

En fin. Con esto creo que basta.

Lo único que me queda por expresar, es mi miedo a que un día mis papás encuentren la web, aunque por suerte en mi casa no me tienen mucha fe, a lo mas hacen una rifa y soy como el tercer premio.

Pero bueno, asumo que a los 40 cuando las posibilidades se hagan más remotas, y las crisis futuras nos hagan más pobres, me voy a inscribir sola (si aún parezco púber, o bueno, miento). Después de todo y de profundas reflexiones, tener jacuzzi, cambiar el auto, remodelar la casa son cuestiones que acreditan ofrecerse por unos miles de dólares. Obvio.

Ojo papis con problemas de Money: buen negocio este de las hijas.

En fin, con síntomas de síncope mal traído, y esperando que SENAME jamás vea ésta publicación, esto es todo por hoy.

¿Link? En la imágen.