High Places y el Mostro

Había pelado a todo el cosmos, había contado mis secretos más profundos, había dicho cuando se acababa el mundo e incluso quien era el próximo presidente. Pero había escrito tanto, que habría sido hasta grotesco publicarlo.

Por eso en un momento de lucidez, decidí parar y dejar en aquella esquina de las porquerías, nuevamente las ideas que salían sin mayores filtros.

Pero aun así quedó un pero pendiente. Y es que a pesar de todo no pude dejar en ese vertedero, mi experiencia sideral ocurrida un día como hoy, pero sábado, y como ahora, pero en otra hora.
Se bien que hablar de experiencias propias es complicado. Es difícil siempre -insisto- siempre, entender o tan solo llegar a considerar las palabras del otro cuando empezamos con los cuentos propios. Pero aun así y poniendo en practica el “ustedes me importan, pero por ahora importo mas yo”, les cuento.

Primero la tontera: en algún momento se me pasó por la cabeza la brutal idea de simplemente no ir, por miedo a tener que volverme sola en plena madrugada (soy pobre, no cuento con auto propio y mi papá quiere dormir). Pero por suerte no hice caso a sospechas de dudosa procedencia, y por las gotas de resiliencia que me quedan y quizás también por dármelas de buena gente, terminé parada en frente de un pequeño escenario con artistas inversamente proporcionales a éste (el escenario, si no fui muy explícita).

Segundo: lo choriflay. Poca gente, pero de lo poco bueno, obvio estaba yo. Además el lugar era reducido, la mayoría éramos invitados me dio la impresión. Comenzó a buena hora. Y al grano: se nos viene Mostro. Ok y ahora que digo, qué difícil. Fue máximo, placentero y enajenante, una droga, estoy segura que tienen el método. Quedé como perpetua, digo fui inmortal al menos 20 minutos. ¿Y quieren más? Obvio que queríamos más. Se nos venía High Places. Ellos mismos aunque no lo crean. Fantásticos. Sonidos tribales, claramente amigos del folk, pero con juegos hasta futuristas. Colores, quizás la conexión más directa con mi cabeza. Colores camaleónicos, formas dispersas e inconstantes. Realmente llegamos a las alturas. La voz de la Mary tan suave como en el disco, y Rob, un entregado, very good Rob. Alusinantes, que quieren que les diga. Cabros de High Places: ad perpetuam rei memoriam.

Para quien no fue. Créanme que un video no sirve de consuelo, creo que la situación es muy parecida a lo que pasa con los Animal Collective. Pero vamos, quedémonos con algo de Mostro. Mi próximo perro se llamará High-Mostro, lo firmo.